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¿Por qué nunca deberías comer nieve?
No son pocas las personas que se han preguntado alguna vez si es bueno o malo comer nieve, o bien por diversión o por necesidad. ¿Qué ocurriría si estás perdido en la montaña sin agua? ¿Comer nieve sería una solución para evitar la deshidratación?
La realidad es que comer nieve sea por el motivo que sea acarrea un riesgo importante para la salud. De primeras podemos pensar que solo estamos introduciendo agua de forma sólida en nuestro organismo, sin embargo, también lo harán aquellas partículas presentes en la atmósfera que la nieve ha ido adquiriendo durante el trayecto hasta el suelo.
Según las Naciones Unidas, cada año mueren más de tres millones de personas en el mundo debido a la contaminación del aire. La exposición por inhalación a la contaminación atmosférica es una de las principales causas ambientales de muerte por cáncer, además de las enfermedades cardiovasculares y pulmonares. El ambiente, en función de dónde nos encontremos, estará contaminado de partículas como las de emisiones de los vehículos, industrias o incluso por el paso de animales y humanos por el suelo.
Estudio científico recomienda no comer nieve
Aunque se trata de agua en estado sólido lo cierto es que no es nada aconsejable probar el gusto a nieve. Un estudio publicado en Environmental Science, llevado a cabo por un equipo de científicos canadienses, demostró la razón por la que debíamos evitarlo: La nieve actúa como un sumidero de partículas microscópicas contaminantes, como las que se generan en los tubos de escape de los coches.
Una vez liberados del tubo de escape en forma de gases, los contaminantes atmosféricos gaseosos y en partículas derivados de la combustión interna pueden propagarse a grandes distancias o quedar atrapados en los cascos urbanos.
En particular, los cristales de hielo y las fases de agua casi líquida de la nieve proporcionan una gran superficie y un medio para la absorción y disolución de contaminantes y reacciones fisicoquímicas. De este modo, el manto de nieve puede servir como medio de reacción y sumidero temporal o permanente de contaminantes atmosféricos, así como de fuente potencial de emisión de los mismos.
Incluso los copos de nieve que aún no han tocado el suelo, tiene numerosos contaminantes atmosféricos en suspensión, como el benzeno, el tolueno, el etilbenceno y el xileno, que proceden del humo de los coches y se mezclan en el aire con el vapor de agua.
Cuánto más cerca estemos de ciudades o núcleos industriales, mayor es la cantidad de contaminantes, pero el campo tampoco se libra debido al uso de pesticidas agrícolas. Todas estas partículas son capaces de desplazarse miles de kilómetros, por lo que ni siquiera en mitad de la montaña estaremos libres de agentes que provienen de las ciudades.
Por lo tanto, comer nieve afecta potencialmente a la salud y tiene efectos perjudiciales en el organismo. Entre ellos, bacterias como las Pseudomonas Syringae, pueden provocar síntomas en el organismo como diarreas, vómitos y malestar gástrico.
No comas nieve aunque estés perdido en la montaña
Pongámonos en la situación de que nos hemos perdido en la montaña en invierno, no tenemos agua y tenemos mucha sed. ¿Es buena idea comer nieve? La respuesta es NO.
Si bien muchos saben que si estamos perdidos en el océano no debemos beber agua del mar, la nieve tampoco se recomienda en el caso de estar perdido en la montaña. En el primer caso la sal nos haría sentirnos mucho más deshidratados, mientras que si comemos nieve lo único que conseguiríamos sería bajar nuestra temperatura corporal y además, su ingesta puede ocasionarnos quemaduras en la boca y los labios.
En caso de extrema necesidad una mejor solución es optar por el hielo en lugar de la nieve, al contener una mayor proporción de agua y no tanto de aire. Si solo tenemos nieve a disposición, lo ideal es derretirla antes de tomarla. Cuanto más profunda se encuentre, mejor. La nieve que está a más profundidad es mucho más compacta por lo que generará una mayor cantidad de agua cuando se derrita.
Todo esto no significa que vayas a morir por probar un poco de nieve. En el peor de los casos puedes acabar con una gastroenteritis. Sin embargo, si comes una gran cantidad y de forma habitual, estarás añadiendo a tu dieta una gran cantidad de sustancias tóxicas o cancerígenas que se acumularán en tu organismo.
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