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¿Cuál es el verdadero origen de Halloween?
En halloween, los fantasmas vuelan de sus tumbas, los vampiros salen de sus sarcófagos llenos de telarañas. También se verán monstruos, hadas, superhéroes y toda clase de disfraces que la imaginación lo permita. Lo cierto es que la fiesta de Halloween o «noche de brujas» se ha convertido en una conocida fiesta que cada año gana más adeptos en todo el mundo.
Las casas son decoradas de formas terroríficas, Los niños tienen la oportunidad de disfrazarse e ir a pedir golosinas, dulces y chocolate. Los jóvenes y adultos se reúnen hasta la madrugada con bebidas y máscaras como parte de los festejos. Pero en medio de las fiestas ¿alguna vez te has preguntado cuál es la historia del Halloween?
Después de todo, esta tradición americana se remonta a hace muchos, muchos años. La tradición de Halloween viene de la cosmovisión celta, pero ha sufrido algunas transformaciones para convertirse en lo que se conoce actualmente.
¿Qué significa Halloween?
Ya sabes que Halloween se lleva a cabo el último día de octubre, pero aquí hay algo que quizás no sabías: La palabra literalmente significa «noche santificada», y era conocida previamente por los primeros celebradores europeos como la Víspera de Todos los Santos. All Hallows' Eve (31 de octubre) y All Saints' Day (1 de noviembre) ambos rindieron homenaje a los santos. El nombre «All Hallow's Eve» finalmente se acortó a «Halloween», como lo conocemos hoy en día.
Sin embargo, las ocasiones paganas y cristianas no siempre fueron consecutivas. Roma tuvo que mostrarse indulgente para atraer a los fieles a las iglesias. En el siglo VIII, hubo un punto de inflexión: El Papa Gregorio III cambió la fecha original del «Día de todos los santos» del 13 de mayo al 1 de noviembre.
¿Por qué se celebra Halloween el 31 de octubre?
Halloween cae el 31 de octubre porque el antiguo festival gaélico de Samhain, considerado la primera raíz conocida de Halloween, tuvo lugar en este día. Los antiguos pueblos celtas solían realizar una gran ceremonia para conmemorar «el final de la cosecha». Esta celebración ocurría a finales de octubre. Esta fiesta fue bautizada con la palabra gaélica de «Samhain» (el final del verano), y durante esta celebración se despedían del dios Sol.
El año céltico concluía en el mismo día en que se celebra Halloween, en el otoño, cuya característica principal es la caída de las hojas. Para ellos significaba el fin de la muerte o iniciación de una nueva vida. Los celtas, al igual que muchas culturas prehispánicas, creían que en Samhain los espíritus de los muertos regresaban a visitar el mundo de los mortales.
Esta era una época crucial del año, cuando las estaciones cambian, pero también se creía que la frontera entre este mundo y el próximo se hacía especialmente delgada en este momento, lo que les permitía conectarse con los muertos. Esta enseñanza se propagó a través de los años de generación en generación.
La Historia de Halloween
Los historiadores del siglo XVIII ya habían vinculado Halloween a un antiguo festival pagano: un ritual celta denominado Samhain que duraba tres días y comenzaba el 31 de octubre. Las hogueras eran muy populares entonces: se usaban para quemar la paja (recordemos que Samhain celebraba el final de la temporada de cosecha), pero también como un ritual para repeler la brujería y las enfermedades.
La primera fiesta pagana de Samhain implicó muchas ceremonias y rituales para conectarse con los espíritus, ya que los celtas eran politeístas. Si bien no se conocen muchos detalles acerca de estas celebraciones, muchos creen que los celtas celebraban disfrazados contra los fantasmas, disfrutaban de fiestas especiales e iluminaban las calabazas también para espantar a esos fantasmas.
La comida era un componente importante de las celebraciones. La costumbre era dejar comida y dulces afuera de sus casas en manera de ofrenda. Por otro lado, era común encender velas para ayudar a las almas de los muertos a encontrar el camino hacia la luz y descanso junto al dios Sol.
Con el auge del catolicismo, esta fiesta pagana se cristianizó, los matices paganos de la fiesta disminuyeron, y comenzó a llamarse «La Víspera de Todos los Santos». La traducción en inglés es, «All Hallows' Eve», de ahí nació la palabra «Halloween». Las tradiciones básicas de la fiesta continuaron siendo parte de la cultura, pero evolucionaron y se modernizaron.
En cuanto a los disfraces, también evolucionaron. Si bien comenzaron como homenajes sinceros a los santos, esa tradición probablemente cambió en algún momento hasta que los jóvenes escoceses e irlandeses tuvieron la idea de vestirse con un atuendo de aspecto aterrador como una forma de asustar a los vecinos desprevenidos. Y así, gracias a estos bromistas locales, los disfraces de Halloween se volvieron atemorizantes, espeluznantes, divertidos y creativos, todo al mismo tiempo.
¿Y cómo llegó Halloween a Estados Unidos? La Gran Hambruna irlandesa del siglo XIX provocó que cerca de un millón de personas migraran al país norteamericano. Con la inmigración europea llegó esta tradición al continente americano. La gente comenzó a disfrazarse e ir casa por casa pidiendo comida o dinero. Fue así como se fueron forjando costumbres como el famoso «trick or treat» que perdura en la actualidad.
Cómo se festeja Halloween en los Estados Unidos
Si existe una nación que festeja Halloween a lo grande, es Estados Unidos. En este territorio, la celebración también llamada «Noche de Brujas» es todo un ícono cultural exportado al mundo entero. El 31 de octubre por la noche se celebra la víspera de la fiesta de Todos los Santos, con toda una escenografía para recordar a los ancestros.
Al caer la noche, las calles de ciudades y pueblos se llenan de niños disfrazados de monstruos y toda clase de seres fantásticos que salen a las calles para pedir dulces casa por casa. En este acto es tradicional la frase «trick or treat» (broma o golosina) que los niños emiten mientras recolectan dulces en la noche de Halloween.
Cuando Halloween llega, las casas, colegios y demás edificios se adornan con todo tipo de objetos alusivos a criaturas sobrenaturales, como vampiros, brujas, hombres lobo, muertos vivientes y figuras icónicas del cine de terror. No faltan tampoco las imágenes de tumbas, cementerios, arañas, gatos y calabazas.
Previo a Halloween, en diversos rincones de los Estados Unidos se organizan atracciones tradicionales para festejar. Las más famosa y tradicional son las casas embrujadas, donde niños, adolescentes y adultos recorren una terrorífica casa decorada para sobrevivir e interactuar con todo tipo de espantos y criaturas que actualmente se asocian al Halloween.
La tradición más terrorífica del año no solo se queda en Europa o Estados Unidos. Cada vez son más los países de Latinoamérica que se suman a Halloween. Eso sí, esto no implica dejar de lado su celebración propia: el Día de los Muertos, que tiene lugar el 1 de noviembre.
Trick or treat
Originalmente el «trick or treat» que significa «broma o golosina», era una leyenda popular de origen céltico según la cual no solo los espíritus de los difuntos eran libres de vagar por la Tierra la noche de Halloween, sino toda clase de entes procedentes de todos los reinos espirituales. Entre ellos había uno terriblemente malévolo que deambulaba por pueblos y aldeas, yendo de casa en casa diciendo «trick or treat».
La leyenda asegura que lo mejor era darle golosina, pues de no hacerlo, este espíritu (que recibe el nombre de Jack O' Lantern, con el que se conocen a las tradicionales calabazas de Halloween) usaría sus poderes para hacer «bromas» y darles el susto de sus vidas. Esto consistiría en maldecir la casa y a sus habitantes, dándoles toda clase de infortunios y maldiciones como enfermar a la familia, matar al ganado con pestes o hasta quemar la propia vivienda.
Como protección surgió la idea de crear en las calabazas formas horrendas, para así evitar encontrarse con dicho espectro (y con el tiempo, debido a la asociación mental entre este espíritu y las calabazas, el nombre de él sería dado a estas calabazas, que es como son conocidas hoy en día cuando llega esta fiesta).
En la actualidad, los niños se disfrazan para la ocasión y pasean por las calles pidiendo dulces de puerta en puerta. Después de llamar a la puerta los niños pronuncian la frase «broma o golosina». Si los adultos les dan caramelos, los niños se van felices. Si por el contrario se niegan, los chicos les gastarán una pequeña broma, siendo la más común arrojar huevos o espuma de afeitar contra la puerta.
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