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El efecto albedo
La palabra albedo proviene del latín «albus», que significa luz blanca o color pálido. Aunque también puede referirse a la propiedad de iluminación del suelo y su atmósfera.
La Tierra refleja parte de la radiación que recibe del Sol a través de tres actores principales: la atmósfera, las nubes y la superficie terrestre. No toda la radiación solar que incide sobre nuestro planeta es absorbida por la tierra. Parte de esta radiación solar se refleja de nuevo a la atmósfera por la presencia de nubes, otra es retenida en la atmósfera por los gases de efecto invernadero y el resto llega a la superficie.
A la radiación reflejada por la superficie terrestre se le llama albedo. Así pues, podemos decir que el albedo es la cantidad de radiación solar que es devuelta al espacio exterior, tras chocar con la superficie terrestre.
La variación de albedo, es decir, la distinta cantidad de luz que es reflejada o absorbida se debe al color de la superficie que recibe los rayos. Dicha variación da lugar a dos efectos principales: el de enfriamiento (cuando la luz es reflejada) y el de calentamiento (cuando la luz es absorbida).
Pues bien, dependiendo del color que tiene la superficie sobre la que inciden los rayos solares, se reflejará mayor cantidad o se absorberá mayor cantidad. De esta forma, los colores claros y brillantes reflejan más la luz y, por tanto, producen el efecto de enfriamiento. Mientras que los colores oscuros absorben más luz y, por ello, producen el efecto de calentamiento.
Por ejemplo, las zonas cercanas a los polos tienen un albedo alto, porque el hielo y la nieve reflejan la radiación solar. Sin embargo, los bosques tienen un albedo bajo, porque el color oscuro de las copas de sus árboles hace que la radiación sea absorbida, contribuyendo al calentamiento global.
El negro es el color que más cantidad de calor es capaz de absorber. Por el contrario, el blanco es el que tiene una tasa de reflexión mayor. Esta es la razón por la que antes en los pueblos sólo se veían casas de color blanco. Es una forma de aislar la casa de las altas temperaturas del verano por una menor absorción de calor.
Hay un equilibrio entre el calor que se absorbe y entre el que se devuelve a la atmósfera, pero esta proporción puede verse modificada tanto por causas naturales como por incendios, huracanes, erupciones volcánicas e incluso por plagas de insectos que acaban con la vegetación.
¿Qué factores influyen en el efecto Albedo?
El principal factor que influye en el efecto Albedo es el color del cuerpo que refleja la luz. La nieve es de color claro, por lo que su capacidad de reflexión es más alta. Pero entre los principales factores que influyen en este fenómeno se encuentran:
Textura y color: Los cuerpos ligeros y de superficie suave tienen una mejor reflexión, ya que su grado de albedo es cercano a uno. Es decir, su capacidad reflectante es del 100%. Todo lo contrario de las superficies oscuras que poseen un grado de albedo más cerca de cero en la escala.
Ángulo de incidencia: A menor ángulo de incidencia de los rayos solares, mayor es el desvío de la reflexión de la luz. La posición geográfica también afecta mucho este factor debido a que la luz solar choca en un ángulo plano contra los polos, produciendo un alto reflejo. Pero en el Ecuador, la luz choca perpendicularmente, reduciendo la reflexión.
Longitud de onda: Los rayos de onda larga son reflejadas por las nubes solo un 10%, pero los rayos de onda corta pueden ser reflejados un 90% de acuerdo al espectro de la nube.
El albedo de los bosques
Es cierto que los bosques son capaces de absorber más cantidad de radiación solar, por lo que pueden aumentar la temperatura terrestre. Pero los bosques, también pueden disminuirla, a través del enfriamiento que produce la evapotranspiración, proceso que transfiere el agua desde la superficie a la atmósfera, dando lugar a la formación de las nubes. Así pues, en latitudes bajas predomina la evapotranspiración y en latitudes medias y altas, lo hace el efecto albedo.
Hay que tener en cuenta también, que los bosques contienen millones de especies de plantas que realizan la fotosíntesis y que van a depurar nuestra atmósfera, reduciendo la concentración de gases de efecto invernadero que hemos vertido a la atmósfera, contribuyendo también al enfriamiento terrestre.
El efecto albedo y el Cambio Climático
El conjunto de todas las superficies del planeta y sus tasas de absorción y reflejo de los rayos solares componen el albedo de la Tierra. Por tanto, el efecto albedo es de suma importancia y su presencia afecta al balance energético del sistema climático.
El pronunciado reflejo de las superficies de los glaciares hace que el albedo sea más alto y las temperaturas no sean tan elevadas. Sin embargo, el derretimiento de los casquetes polares puede impactar en la aceleración del calentamiento global.
Inmensas extensiones de hielo se han derretido. Y al mismo tiempo, el agua se calienta, lo que lleva a que el hielo se derrita más rápido. Si el hielo de los polos desaparece, la capacidad de reflexión será de aproximadamente 10%. Un preocupante efecto que, podría intensificarse en los próximos años, afectando de forma negativa el Ártico.
Asimismo, el derretimiento de los glaciares puede causar que el clima de todo el planeta se sienta más caliente. Las superficies oscuras no reflejan tan bien la luz y, en consecuencia, la temperatura del entorno aumenta. Por esta razón, los expertos advierten la importancia de prestar atención al derretimiento de los polos con el fin de evitar un impacto climático de sobrecalentamiento en toda la Tierra.
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