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EL MITO DE BALDER
Balder era el hijo de Odin y de Frigg, era el más atractivo, el más amado de los dioses y era el Dios de la luz y de la verdad. Sin embargo, no todos amaban a Balder. El embaucador Loki conspiró para que mataran a Balder en una de las historias más conocidas de la mitología nórdica.
Los sueños de Balder
Los sueños de Balder son una parte crucial de su trágica historia. Balder comenzó a tener sueños premonitorios sobre su propia muerte. Estos sueños lo llenaron de preocupación y angustia, ya que en la mitología nórdica, los sueños eran considerados presagios importantes y a menudo se tomaban muy en serio.

Para descifrar los sueños de Balder, su padre Odín, montado en su caballo, descendió cabalgando al infierno. Ahí dijo entonces unas palabras mágicas que provocaron que, en el fondo de un tumulto, despertara Hela, la diosa de los muertos.
Sin embargo, Hela descifró el sueño con palabras confusas y vagas, pues estaba cansada y quería regresar a la muerte, y la advertencia de los sueños resultó de este modo vana.
Cada vez el sueño de Balder se veía más y más turbado. Noche tras noche, se echaba en su cama moviéndose inquieto, dominado por unas espantosas visiones de oscuridad. Este dios que solía ser el más alegre de todos ellos acabó por convertirse en un ser deprimido que se paseaba por Asgard sin hablar con nadie.
Cuando le preguntaban qué le pasaba, él les contestaba que eran las pesadillas. Los dioses empezaron a preocuparse seriamente, y se reunieron en el Gladsheim para discutir el problema. Todos los dioses juntos confeccionaron una lista en la cual nombraban todas las cosas que podían herir y matar a Balder. Desde armas, a enfermedades pasando por plantas.
Cuando estuvo terminada la lista, Frigg la tomó y la llevó a cada uno de los rincones de los nueve mundos, haciendo prometer a cada uno de los que estaban en la lista que no le harían daño a su hijo. Todos juraron excepto el muérdago. Frigg pensó que el muérdago no era algo importante y amenazante para que jurase.
La astucia de Loki
El dios Loki estaba resentido porque sus tres hijos habían sido raptados por los dioses para que no maltratasen ni a estos ni a los humanos. Por lo tanto, Loki decidió matar a Balder.
Durante mucho tiempo vagó por todo el mundo en busca de algo que no hubiese prometido no lastimar a Balder o que rompiese su promesa, y cuando por fin perdió su esperanza, pues no encontraba nada, decidió acudir a la propia Frigg en busca de respuestas.

Loki se disfrazó de anciana y se dirigió ante la diosa Frigg, y no cesó de molestarla hasta que le reveló que la única cosa que no le prometió no lastimar a su hijo fue el muérdago. Loki salió y se dirigió al bosque, cogió una gran rama de muérdago e hizo una flecha de ella.
La muerte de Balder
Como su madre había hecho prometer a toda criatura o arma que no dañaría a Balder, él se creyó invulnerable a todo e ideó un juego: pidió a los dioses que le arrojaran cuantos objetos dañinos quisieran, y nada lograba herirlo.
Loki cogió una rama de muérdago del bosque y regresó a la fiesta. Cuando volvió, habló con Hodr el hermano ciego de Balder, que no había podido participar en el juego por no poder apuntar ninguna cosa al cuerpo de su hermano.

Loki le dijo a Hodr que podía ayudarle a lanzarle la rama de muérdago a Balder. Completamente agradecido, Hodr lanzó la flecha con el muérdago a su hermano, la cual se clavó en medio de su pecho y Balder murió en el acto.
La muerte de Hodr
La muerte de Balder debía ser vengada. Sin embargo, Odín no podía asesinar a su propio hijo Hodr. Tras consultar un oráculo, se le dijo que el vengador nacería de una giganta de hielo llamada Rind. Odín vajó a Vestsalir y tomó a la giganta. De esta unión nació un hijo llamado Váli.
El niño creció rápidamente desde el momento de su nacimiento. En su primera noche de vida, sin haber siquiera peinado sus cabellos o haberse lavado las manos, partió hacia Asgard, donde dio muerte de inmediato a Hodr, utilizando su arco y flechas.
El castigo de Loki
Frigg, en un último intento por recuperar a su hijo Balder, prometió sus favores a quien descendiera al inframundo para recobrar a su hijo. De este modo, tras nueve días y nueve noches de travesía, el dios Hermod llegó a Helheim para ver si Balder podría ser resucitado. Hela le informó que si todas las cosas del mundo lloraban por Balder, ella lo dejaría ir.
Y así lo hicieron, todas excepto una giganta llamada Thok que se negó a llorar por el dios asesinado. Es así como Balder debía permanecer en el inframundo, sin emerger hasta pasado el Ragnarök (el fin del mundo en la mitología nórdica).
Cuando los dioses descubrieron que la giganta era en realidad Loki disfrazado, lo cazaron y lo ataron a tres rocas. Luego ataron a una serpiente sobre él, de la cual goteaba veneno sobre la cara del dios.
Su esposa Sigyn juntaba el veneno en un tazón, pero de cuando en cuando debía vaciarlo, de modo que algunas gotas del veneno caerían irremediablemente sobre Loki, quien al retorcerse de dolor causaba terremotos.
El significado del muérdago
Después de la muerte de Balder, Frigg ofrece un juramento de que el muérdago nunca más sería una causa de daño, sino que se convertiría en un símbolo de amor y reconciliación.

Las lágrimas de Frigg, no solo reflejan el dolor de la madre, sino también su deseo de sanación y renovación del amor. La planta se convierte, por tanto, en una representación de la vida y la esperanza tras la tragedia.
El cambio de su naturaleza de «planta mortal» a «planta vinculada al amor» refleja cómo el amor, aunque pueda ser un desencadenante de sufrimiento y tragedia (como en la muerte de Balder), también puede ser un vehículo de sanación y restauración.